martes, 24 de agosto de 2010

matador


De mi fotógrafo Chihuahuense favorito, Pavel Tarín.

Chuy


El Tigre



Mi ex-suegro favorito de todos los tiempos.

los ojos del Chuviscar e intermedios
















"Alegría de descender"



Es la noche y escuchamos la alerta constante, es la noche en el campo, aquí lo normal es ver la vía láctea en esta gran pantalla, y si miras hacia el suelo, encuentras luciérnagas. Percibes la humedad, escuchas la vida nocturna de los animales, jabalíes, grillos, coyotes, el aire toca hasta las yemas de mis dedos, se mete por mi cuello y me acaricia el pelo, como si compitiera contigo por los mimos, cierro los ojos y ya no se si es el viento o son tus manos, contengo la respiración, este aroma, le creo a la noche cuando me cobija, mi cabeza casi se funde con la piedra en la que me refugio, escribo a oscuras, algo de luz de luna y todo comienza a dejarse ver, aprovecho esta oscuridad para retratar tus músculos con mis manos, no sé que tiene su cuerpo, que no me canso de tocarlo, cada una de sus protuberancias brilla a la luz de la noche. Se respira aquí. Hace tiempo que no soporto la ciudad. Huyo de aquí para ver si me sigues, y todavía me funciona, dices que somos de aqui y por ahora hago com que te creo. El vaquero se ríe de nosotros, se sienta un rato, fumamos tabaco, nos quedamos callados, escuchamos a su caballo. Nos dice cosas, su cantadito al hablar, y yo estoy callada, a salvo, sin tener que ser amable, sin tener que defenderme, nos dice algo sobre los caballos. Está el vaivén del agua y reflejo de una luz lejana en miles de olitas que me recuerdan el cuadriculado de tus manos, si, el lago. ¿Por qué tus manos son tan fuertes? y tu espalda, tu hermosa espalda. El vaquero se va a paso de caballo., por la mañana nos dará desayuno fresco, se compadecerá un poco de nosotros cuanod volvamos a la ciudad, el tío Artemio, es fuerte, como tú. Seguimos fumando. Hace un año ni te conocía, no puedo esperar a ver dónde y con quien estaré dentro de un año.

lunes, 2 de agosto de 2010

Raysa Yamila Primavera