sábado, 31 de octubre de 2009

¿Qué guerra es esta que combatimos, seguros de nuestra derrota? Aurora tras aurora, extenuados ya de todas las batallas que aún están por venir, nos acompaña el espanto del día a día, ese pasillo sin fin que, en las horas postreras, será nuestro destino por haberlo recorrido tantas veces. Sí, ángel mío, así es el día a día: tedioso, vacío y anegado en desdicha. Las calles del infierno no le son en nada ajenas; uno acaba allí un buen día por haber permanecido en ese pasillo demasiado tiempo. De un pasillo a las calles: entonces acontece la caída, sin sacudidas ni sorpresas. Cada día, volvemos a experimentar la tristeza del pasillo y, paso tras paso, seguimos el camino de nuestra lúgubre condena.
¿ Vio él las calles? ¿Cómo se nace después de haber caído? ¿Qué pupilas nuevas sobre ojos calcinados? ¿Dónde empieza la guerra y dónde cesa el combate?
Entonces, una camelia.

Muriel Barbery



martes, 27 de octubre de 2009

Los más fuertes entre los hombres no hacen nada hablan y hablan sin parar


Ahora lo decidí, me quedo con lo bueno, si, yo también, pero ahora lo creí más, no sé por qué, la mañana estuvo muy fría, pero con sol, el te con leche, despues un americano es una americano, vi a algunas personas queridas esta mañana, no sé, pensaba en el libro que lee ella, la de las pecas, cuando puedo lo tomo y doy grandes avances, me gusta el tono de esta escritora, luego una cita, sentí mi pecho menos oprimido, mucho menos, sentí algo de esperanza, sentí una voz con más experiencia y mucha sensibilidad, hube de recurrir a alguien que respeto ante mi necesidad de comenzar algo, algo sólo mío, ¿qué voy a pensar de esto cuand tenga cincuenta? espero estar viva y en buenas condiciones de salud.

Al descargar un libro en internet me causa gracia la reseña que el sitio ofrece, y me da un poco de risita ansiosa, como cuando estaba en tepito comprando mariguana con mi amigo, adentro de esa vecindad, una estupidez y sin embargo la felicidad y la adrenalina que sentí está entre lo mejor que he experimentado en cuanto a emociones, bueno, lo descargué, estaba pensando en Martín, quien me enseñó por primera vez las fotos de Martín Parr, (este libro sí que me interesa) quien se hizo retratar alrededor del mundo con cincuenta distintos fotógrafos locales, la denostada descarga gratis tarda 44 segundos, no importa, el cuatro es mi número favorito, la ropa ya está tendida, los platos siguen sucios, pero uno de ellos aún no se duerme, creo que es por Layla, que lo tiene inquieto, se gustan, yo vigilo de lejos, y pienso un poco en Osvaldo, mi primer novio, era divino, eso me tranquiliza, una frase en ese libro: permanecer centrado en sí mismo sin perder el calzón. Vaya reto. Y luego....
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Renée. Se trataba de mí. Por primera vez, alguien se dirigía a mí por mi nombre. Mientras que mis padres recurrían a un gesto o a un gruñido, una mujer, cuyos ojos
claros y labios sonrientes observé entonces, se abría camino hasta mi corazón y, pronunciando mi nombre, entraba conmigo en una proximidad de la que hasta
entonces yo nada sabía. Descubrí a mi alrededor un mundo que, de pronto, adornaban mil colores. En un destello doloroso, percibí la lluvia que caía en el patio, las
ventanas lavadas por las gotas, el olor de la ropa mojada, la estrechez del corredor, angosto pasillo en el que vibraba la asamblea de párvulos, la pátina de los percheros
de pomos de cobre en los que se amontonaban las esclavinas de paño barato, así como la altura de los techos, a la medida de los cielos para la mirada de un niño.
Entonces, con mis enormes ojos clavados en los suyos' me aferré a la mujer que acababa de traerme a la vida.
-Renée -repitió la voz-, ¿quieres quitarte el impermeable?
Y, sujetándome con firmeza para que no me cayera, me desvistió con la rapidez que otorga la larga experiencia.
Se cree erróneamente que el despertar de la conciencia coincide con el momento del primer nacimiento, quizá porque no sabemos imaginar otro estado vivo que no sea
ése. Nos parece que siempre hemos visto y sentido y, seguros de esta creencia, identificamos en la venida al mundo el instante decisivo en que la conciencia nace.
Que, durante cinco años, una niña llamada Renée, mecanismo perceptivo operativo dotado de vista, oído, olfato, gusto y tacto, hubiera podido vivir en
una perfecta inconsciencia de sí misma y del universo desmiente tan apresurada teoría. Pues para que se dé la conciencia, es necesario un nombre.
Sin embargo, por un concurso de circunstancias desgraciadas, se desprende que a nadie se le había ocurrido darme el mío.
-Qué ojos más bonitos tienes -añadió la maestra, y tuve la intuición de que no mentía, que en ese instante mis ojos brillaban animados por toda esa belleza y,
reflejando el milagro de mi nacimiento, lanzaban mil destellos.
Me puse a temblar y busqué en los suyos la complicidad que engendra toda alegría compartida.
En su mirada dulce y bondadosa sólo leí compasión.
Cuando por fin nacía al mundo, sólo inspiraba piedad.
Estaba poseída. Puesto que mi hambre no podía saciarse con el juego de interacciones sociales inconcebibles para mi condición –y eso no lo entendí hasta más tarde)
esa compasión en los ojos de mi salvadora) pues ¿alguna vez se ha visto a una pobre experimentar la ebriedad del lenguaje y ejercitarse en él con los demás?-) se
saciaría con los libros. Por primera vez) toqué uno en mi vida. Había visto a los mayores de la clase mirar en ellos invisibles rastros) como si una misma fuerza los
moviera a todos y) sumiéndose en el silencio) extraer del papel muerto algo que parecía vivo.
Aprendí a leer sin que nadie se enterara. Los demás niños seguían balbuciendo las letras cuando yo hacía
-tiempo que conocía ya la solidaridad que teje entre sí los signos escritos, sus combinaciones infinitas y los sonidos maravillosos que me habían marcado en ese mismo
lugar, el primer día, cuando la maestra pronunciara mi nombre. Nadie lo supo. Leí como una posesa, a escondidas primero, luego, cuando me pareció haber superado
el tiempo de aprendizaje normal, a la vista de todos pero cuidándome mucho de disimular el placer y el interés que la lectura me suscitaba.
La niña frágil se había convertido en un alma hambrienta.

Esta mañana precisamente, me encuentro, perpleja, en la cocina. con un librito ante mi. Estoy en uno de esos momentos en que me arrebata el delirio de mi empresa solitaria y. a un paso de tirar la toalla. temo haber dado por fin con mi amo.

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Si, fue un buen hallazgo ese libro. Algo me dice que este día fue crucial para mí.

desde facebook





miércoles, 28 de octubre de 2009
Hora:
20:00 - 23:00
Lugar:
La.Casa.Gestoría.Cultural
Calle:
Paseo Bolívar 313 Centro Histórico (Frente a Escuela Dozal)
Ciudad/Pueblo:
Chihuahua, Mexico

lunes, 26 de octubre de 2009

viernes, 23 de octubre de 2009

miércoles, 21 de octubre de 2009

Hombres maltratados

Las mujeres a veces podemos convertirnos en una pesadilla. Si bien las estadísticas en torno a la violencia en la pareja no tienen comparación en lo que se refiere al número de víctimas mujeres y hombres, ellos también la sufren y es necesario atender esta problemática a riesgo de continuar perpetuando modelos que sólo generan sufrimiento.

De acuerdo con una nota de el diario El Universal, ocho de cada diez jóvenes entre 15 y 24 años ha sufrido violencia psicológica durante el noviazgo y la mitad de ellos, violencia física, datos que, afirma el diario, son el resultado de la Encuesta Nacional de Violencia durante el Noviazgo realizada por el INEGI. Otros expertos en violencia familiar señalan que uno de cada diez hombres ha sufrido esta violencia y por este motivo, por ser tan bajo el número en comparación con las mujeres, se les presta poca atención a los varones que viven esta problemática, además de que se enfrentan a la burla de la sociedad en una cultura machista.

Según el INEGI, “los conflictos en una pareja, pueden tener su origen en el hecho de que las expectativas que éstos tenían de la relación no se cumplieron”. En este sentido, ellas aparentemente están más conformes con sus relaciones: “entre las mujeres se expresa una mayor compatibilidad con su pareja, mientras que en la opinión de los hombres se manifiesta una menor compatibilidad”.
Otro argumento que el Instituto expone como posible causa de la violencia es “el maltrato hacia los niños y niñas, es la semilla que en la vida adulta genera diversas formas violentas, así como la incapacidad de resolución y negociación de conflictos en las relaciones interpersonales. Por esta razón es que se ve como algo natural el ejercicio de la violencia, por ello es importante conocer el ambiente familiar donde los jóvenes pasaron la infancia y vincular estos antecedentes con las conductas actuales”.

La Encuesta reveló que “en el 21.3 por ciento de los hogares de las y los jóvenes había insultos; teniendo una mayor incidencia en los hogares urbanos (55 por ciento) con respecto a los rurales (45 por ciento). Aproximadamente en el 9 por ciento de los hogares donde vivieron las y los jóvenes hasta los doce años había golpes, (55 por ciento eran hombres y 44 por ciento eran mujeres)”.

El Instituto reconoce que son necesarios más estudios cualitativos para poder precisar la causa, pero en tanto, la realidad es que algunos hombres viven con mujeres que los “ahogan”. El Universal señala algunas de las preguntas que pueden representar señales de que algo no anda bien… Son preguntas que parecen inocentes pero que, como refiere el diario “tienen una carga de control y chantaje”: “¿Qué ya no me quieres?”, “No me cae bien tu amiga”, “¿Quién te llamó?”, “¿Qué le ves?”… entre otras.

Y si esta pareja llega al matrimonio y tiene hijos, los problemas crecen. Según el diario Milenio en entrevista con especialistas en violencia familiar “los hombres que se han acercado nos comentan que sufren mucho de violencia verbal, hay mujeres que son muy fuertes que ejercen su poder a través de los niños, por ejemplo, excluyen a la pareja de la educación de los hijos”, explicó Abel Reyna Briones, terapeuta, especialista en familia y violencia”.

Ellos padecen los abusos por temor a romper el lazo afectivo con sus hijos y a “ser destruidos económicamente como consecuencia de la separación”, esto debido a que algunas mujeres exigen enormes cantidades de dinero al cónyuge para recuperar su soltería.

Quienes lo padecen no se animan a hablar o denunciar. De acuerdo con El Universal, sólo llama un hombre por cada cuatro mujeres a las líneas de ayuda de los Centros de Integración Juvenil y cuando lo hacen dudan, puesto que no se atreven o no ven las actitudes que les causan malestar como violencia.

“Preguntan si el chantaje es violencia, si que los obliguen a casarse es violencia, si ser el único que saca la cartera es violento”.

Según lo publicado por el diario Milenio “ante la ley el varón víctima se enfrenta a dos obstáculos; en primer lugar demostrar su condición de víctima, y en segundo, este debe asegurarse de proteger a sus niños y que no se conviertan en nuevas víctimas”.

Además, están las razones culturales. Según el INEGI “más de la mitad de las mujeres piensan que los hombres tienen que ser los proveedores y fuertes de la relación. El papel de los hombres como proveedores principales de la familia y los que encabezan la toma de decisiones, sigue siendo para las mujeres como una ley, pues 59% opinó que un buen hombre es el que provee económicamente a su familia”.

martes, 20 de octubre de 2009

pasatiempo de flickr

BW Nude por tterrier.
Suit Up por Hugh Beauchamp.
Unable por Jason Lupi.


So what? por koke.
YO  /  ME por u7b.

The distressed selfportrait por dhammza.
the circus strong man 02 por calico courtney brooke.
chris1 por calico courtney brooke.


Buscar otros hombres pa´ distraerme de ti.