jueves, 22 de abril de 2010

Vuelta

San Diego de Alcalá

Oh Mundo

Vagabundo eterno de corazón hambriento.
Lord Tennyson.

Ahora, luego de cambios, de lo que involucra vivir, añoro un poco aquellos años, en que no se iba a ninguna parte, no existía la angustia de vaciar una botella de vino de callar una canción, de concretar algo, era entonces más simple, dormir, despertar, estar en la terraza viendo el movimiento de los altos pinos de la casa de enfrente, escuchar los ladridos, algún claxon lejano, una charla con quien se comparte un espacio y se habita. No recuerdo ahorita tanto de aquellos días puesto que no ocurría gran cosa, pero se pasaba bien, y yo descansaba, fue una tregua antes de continuar errando, siempre con la sensación de lo efímero. Ahora vuelvo a ser la de siempre, no pertenezco, nada me pertenece. Voy acabando con todo o todo conmigo, a mi me da igual por dentro tengo frío y me acurruco en mi misma. Cada madrugada me busca un niño y se amolda a mi cuerpo y dormimos, pero bien sé que eso terminará, quizás habiéndome esfumado, en sueños, algún día me recuerde mientras se refugia en el pelo de una mujer u de un hombre
. Como yo llevo aún el olor de tu almohada, tus manos llevándome por algún pueblo, tu manera de masticar la carne. Quizás una sonrisa, quizás una lágrima. Soy quien solo tiene sus recuerdos, los llevo siempre y avecs preciso guardarlos de modo que no vuelvan a cada noche, pues todo sigue. Tu te has ido pero yo sigo acá y no te encuentro.

No hay comentarios: