miércoles, 28 de mayo de 2008

Mis paisanas chihuahuitas


En el trayecto México-Toluca saliendo por reforma, voy en el camioncito de Interjet hacia el aeropuerto de Toluca, de cierto modo siento tristeza de dejar la capirucha, pero también me siento bien porque el viaje valió la pena y porque el trayecto a Toluca me gusta bastante sobre todo al pasar por La Marquesa, tengo en la mano La invención de la soledad de Auster, llego a una parte de la historia en que es inevitable pensar en el propio padre, vengo al lado del chofer, pienso en cómo será él como padre, me regreso de nuevo al mío… siempré renegué de no haber tenido un padre normal ¿acaso era mucho pedir?, Auster evoca a Dostoievsky e incluso un poco a Kafka encuanto a la relación padre hijo, algo logra desconcentrarme, atrás de mi, tres parejas de maridos y mujeres sentados respectivamente como dice Chichoché los nenes con los nenes y las nenas con las nenas, hablando de los temas que les competen, se ve que son clasemedieros tirándole a pequebú wannabe (jajajaj), las mujeres vienen hablando de modo que obvio todos nos enteramos de sus aventuras, mira! hoy canta Yuriiiii, que mala onda que no nos tocóoooo (nuestras chicas andan pegándole a los 40), me esfuerzo por concentrarme de nuevo en Auster, pero no lo logro, ya en la zona de las casas nice, en semáforo hay una niña-mujer de unos 18 años máximo cargando en hombros a su bebita de mas o menos un año o año y medio, las dos pintadas de payasitas, la bebé con unos globos en el trasero, la mamá la agita para que haga payasadas pero la niña está llorando como de fastidio, de cansancio, y la mamá sigue con la rutina, es en vano, nadie les da dinero, arrancamos, y las tres mujercitas chihuahuitas (para ese momento era más que obvio que eran de Chihuahua), no podían dejar de abrir la boca: ¡miraaa nomássss pobre criatura, vieja desnaturalizada, abusona, a esas son a las que les deberían echar al DIF y quitarles a las criaturas! ¡para qué tienen hijos si no los pueden cuidar! y yo, me siento incómoda, tenía la cámara a la mano y nisiquiera me atreví, esta cuidad maldita que no me podía dejar partir sin una sacudida. Al escribir esto me doy cuenta que últimamente observo más marcadas las diferencias entre clases. Al principio que empecé a escribir esto mi intención era pasar algunas citas de Auster y cuando menos lo pienso me desvío hacia lo que en realidad me impactó más de ese momento. Lo de Auster queda pendiente pues realmente vale la pena.

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