lunes, 28 de julio de 2008

Antes de la expedición

(antes de que mi alma se despeñara en la barranca)


La cosa es que ese día amanecí mal, deprimida, con pesadez, desgano, con un dolor en el cuello muy fuerte, me había prometido que después de tanto desencuentro no dejaría pasar un años más sin escuchar en vivo a la barranca y habiendo llegado casi la hora de partir me rehusaba a hacerlo, me sentía insegura, con un hueco en mi estómago y lo que es ya mucho decir, sin apetito, me puse un reto, bañarme y arreglarme tan elegante como posible, fui a una de esas tiendas escogí 4 blusas, en las cajas pagué 99 pesos gracias a que tenía dinero electrónico y el par de brassieres que compre me salieron en 99 pesos, cutro blusas, escogí la que usaría esa noche en el concierto, escogí una para el viaje y otras dos mas elegantes para alguna otra ocasión, en la caja algo cae de mi bolso haciéndo un escandaloso ruido, chingao ya vali madres un tipo me observaba detenidamente se acerca para recoger lo que cayó cierro un poco los ojos trato de conservar la calma volteo hacia abajo y eran mis gafas, pensé que se trataba de los seguros que había arrancado de las blusas y de los que aún no me deshacía, me apresuro, recogo las gafas y no permito que el tipo me gane, pagar bromeando amablemente con las cajeras fingiendo solvencia y encanto y salir con una pequeña bolsa en mano y mi bolso lleno de ropa cuidadosamente doblada, me dije: si sales de esta te va a ir bien en el resto del viaje, es solo cuestión de no perder la actitud, llegar a las puertas, pasar el detector, silencio, primera puerta se abre, la segunda siempre trada más, maldita ansiedad, temblor, se abre y salgo, nadie detrás de mí, llego al auto y me voy, no sé porqué lo hago, creo que es tiempo de dejarlo, haciéndo cuentas y tomando en cuenta que en esas tiendas la ropa es de malísima calidad y te la venden a cuatro veces su costo fueron casi tres mil pesos. No se exactamente cómo funciona, pero hay dos cosas que suelo hacer deprimida, cortarme el cabello y robar a almacenes “nice”. Sentirme débil y derrotada y lograr salir de la tienda cambió mi actitud y decidí dejarme llevar por lo que viniera.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Chingón!!!
Petite,,,sos grande!
DV