miércoles, 18 de junio de 2008

L'avenir

Les pedí la típica tarea de: ¿Cómo imagino el futuro? y ¿qué quiero ser en el futuro?, casi todos quieren ser futbolistas exitosos, con novias modelos, autos lujosos, médicos, quieren dinero, imaginan casas voladoras, autos voladores, zapatos voladores, patinetas, todo volador.
"Yo me imagino el futuro lleno de electricidad y diversión, los autos con luces de payaso y la torre Eiffel con luces en forma de flores y llamas de fuego en mosaico y en los edificios luces en forma de cara chistosa y unas casas con las luces en dibujos de cualquier festividad." Camila.
La próxima vez que fume leere este texto de Camila, tal vez podré visualizar mejor lo que ella dice.
Daniel por ejemplo es un niño que aunque no es obeso ultimamente trae algunos kilos demás, razón por la que sus padres lo tienen a dieta, su papá es exigente, Daniel suele ser de los mejores promedios, de los que ganan en el spelling bee o en rallys de ciencias, el en el futuro dice que quiere un mundo lleno de Wendy's, pizza, hot dogs y televisión, lujos que sólo disfruta una vez por semana, por eso ama los sábados, dice. No quiero ni pensar que va a decir su papá cuando escuche a su hijo exponiendo ese futuro con su cartulina y sus dibujos, al menos será en francés. (pero no me importa, de todos modos ya me aborrecen)
Arantza piensa que por ser la maestra de francés estoy enamorada y comprometida con La République, me reta y me dice que será demoledora, que va a demoler la Tour y que construirá un wendy's en su lugar.
Yo en realidad, no soy una buena maestra, es decir ni siquiera soy maestra, me falta mucha objetividad, mañana habré terminado definitivamente mi función de maestra suplente, para ellos quedaré como la nueva professeur que llegó a sustituír a la que se enamoró de un chileno y se fué a vivir a Santiago, soy para ellos una maestra que vino a relajarlos, que trataba de ser lúdica y terminaba involucrada en el juego, ante la desaprobación de los otros maestros. Pero ellos a mí me han dejado demasiado, su rebeldía, su afán por encontrar el desahogo ante la presión de un sistema educativo que parece asfixiarlos, ellos encuentran la manera de divertirse, encuentran la manera de seguir a su instinto, son sarcásticos, crueles, les gusta lo genuino, muchos, aunque son niños muy protegidos saben que las cosas no están bien, son prácticos, saben muy bien negociar por lo que quieren, esta generación viene con mucha conciencia ecológica, saben que no hay agua y la cuidan, reciclan como un hábito, reconocen que es importante aprender idiomas aunque renieguen de ello, saben de la violencia que se da ahorita en esta ciudad, yo, los veo y me pregunto cuáles serán los resultados de su formación, académicamente están muy preparados, su razonamiento es estructurado, lo que me preocupa un poco es que a veces dejan ver un desencanto, mismo que ni siquiera se bien cómo describir, prefiero dejarlo en que soy una inadaptada que ve moros con tranchetes. Yo solo agradezco esta oportunidad que a la vez, espero nunca más repetir, fue maravilloso, fue aleccionador, fue abrumador.
Au revoir les enfants.
(si, a altas horas de la noche me pongo insoportablemente chabacana y muy cacofónica)

1 comentario:

Adrián Naranjo dijo...

Asi es, los niños son aterradores, por eso no fascinan. Suerte con este preceso de desprendimiento. Saludos!