doméstica, domesticada

Dejé las llaves y el teléfono encima de la cajuela del auto, más adelante en un semáforo una mujer, me entrega uno de los dos pares de las llaves que no se habían volado aún, reacciono, una especie de shock, recuerdo perfectamente la fotografía de ese momento, Germán por ayudar tomó las llaves del auto solamente y me las dió y yo olvidé que tenía esas cosas en la cajuela y arranqué, y no fue solo Germán sino que yo hacía todo de mala gana, por estar añorando no sé que clase de pendejadas, sentí mucha rabia conmigo, por lo distraída que soy. Hoy por la mañana visité a mis padres y desayuné con mi papá, mi papá desyuna, come y cena, con café negro, su comida debe siempre incluir carne y por la mañana suele incluir huevos, su comida debe ser siempre caliente, calienta sus platos en la estufa, asi, se conserva más caliente la comida, obvio, hace en silencio una oración, pero no en secreto, te hace de algún modo saber que está orando y que no debes molestarlo, de adolescente me pedía casi siempre a mi bendecir los alimentos, padre celestial, te damos gracias por...te pedimos por...amén. listo, benditos, luego se dispone a disfrutar, habla poco, y valora tanto el comer solo como el comer acompañado, me hace algunas preguntas básicas que yo trato de evadir, y pasamos el momento, envidio un poco su forma de comer a la vez que me resulta odioso, su manera de disfrutar cada bocado, durante ese rato de un modo u otro el incidente de las llaves y el teléfono fue mencionado por algun tercerito metiche y al que podríamos llamar Germán, quien según yo estaba totalmente absorto en el game boy, y él, mi padre, seguía comiendo pausada y tranquilamente, opuesto a su carácter iracundo, lo hacía un poco, para joderme, para demostrarme que soy irrresponsable y floja, comía resignado, de que no doy una, o simplemente le vale madre. Acto seguido, me regaló un teléfono, de la misma marca que el mío, al encenderlo lo primero que hice fue checar la cámara, chingao, esta bien jodida, me aguanté la mueca de decepción. Desayune de nuevo con Raysa en el London, fuimos a Kaldi, estuvo ahi Saúl, evadí bastante rato en el rincón favorito del café favorito, con dos de mis personas favoritas, sólo los domingos soy generosa, después a la Alianza a buscar unas llaves para duplicar, luego a casa, Más tarde le pedí a Robert que mandara un mensaje, por si acaso alguien se lo había encontrado antes de que otro auto lo hubiera atropellado, pidiendo me lo regresen y dispuesta a pagar por el, le han respondido que si, que me lo entregarán, que solo debo llamarles y han dado su domicilio, voy a llamarles, pero antes de hacerlo me he puesto a escribir. Me siento contenta y avergonzada, fantaseo con las personas que me lo entregarán, yo me inclinaría por que fuera una persona de edad avanzada, de preferencia un hombre, que me enseñará algo interesante, pero, aveces las fantasías uno las lleva guardadas y no siempre, el hecho de que se cumplan resulta ser lo máximo, así que finalmente creo que será una persona totalmente ordinaria, pero a la que voy a conocer como consecuencia de una pendejada, de ser tan distraída, de aferrarme a un pinche teléfono viejo, una cita con un desconocido siempre guarda expectativa, al menos en alguien como yo. Mientras escribo esto un amigo me saluda en msnger, pero ya voy de salida y no le contestaré y me dejará de hablar unos días, fingirá una rabieta, tendré que disculparme, luego, allá él. Mañana iré a regresarle a mi papá el teléfono, diciéndole que si hay gente solidaria, yo la he encontrado siempre, empezando por él.