miércoles, 20 de mayo de 2009

gris

Tengo ojeras, es un hecho, me tranquiliza un poco, siempre he temido a los ojos hinchados con dos bolsas de agua colgando y los párpados casi saliendo del rostro, prefiero las ojeras, que no obstante me hacen ver el rostro más apagado, no importa, no es para menos, pierdo demasiado tiempo en la computadora por la noche, tratando de ser autodidacta del photoshop, en busca del equilibrio de la imágen, buscando libros y discos que tal vez jamás voy a adquirir, notando también que por ejemplo mixup tiene menos stock, me preocupa de pronto cómo se va desvaneciendo esto del mercado libre, los starbucks cierran casi tan a diestra y siniestra como han sido abiertos y colocados en puntos estratégicos de las ciudades, esa casa de te de la colonia Roma, dudo que resista esta crisis, mi cuenta de lastfm está detenida, ¿te ha gustado? La versión de prueba ha caducado ¡suscríbete para seguir escuchando tu radio personalizada! y la verdad creo que me voy a suscribir. Si, el intercambio de información, el acceso a lecturas que no podría pagar, el contacto con amigos que no viven aqui, los correos electrónicos, el skype, los videos de jem cohen en youtube, los blogs, facebook, me miro y por ejemplo recuerdo que hace diez años no tenia teléfono celular y checaba mi correo casi a diario y pasaba horas en el laboratorio de informática de la facultad, el olor a tinta y papel bond caliente, el clima artificial, la luz blanca y fría, escuchando aquellas impresoras que sonaban como la cortadora de la carnicería de Queta cuando un hueso rechinaba y ella lo empujaba con fuerza a fin de entregarle aquel costillar a mi padre justo como a él le gustaba, trozos gruesos de carne, mi papá conforme y contento y yo habiendo pasado el escalofrío del rechinar, viendo las uñas pintadas de rojo en los piés de Queta la carnicera, el olor del hueso molido. Entonces internet era algo nuevo para mí.
En aquella época decía siempre un slogan bastante estúpido: no voté por fucks, no he visto titanic y nunca he chateado y en verdad que me creía la onda, pasaba horas en la biblioteca y de poco me servía.


Soy adicta a internet y me detengo a pensar si me sirve de algo, últimamente por ejemplo he tenido más contacto en persona con amigos, me visitan, nos topamos en el kaldi, y por moementos creo que finalmente lo prefiero así, estar con las personas, sentir un poco su ansiedad y discutir por horas sobre temas de los que nunca estaremos, al menos yo, suficientemente informados. Pero cada noche irremediablemente vuelvo al monitor con ansiedad como buscando algo, de pronto entiendo que prefiero leer que escribir y que estoy tan abrumada con la realidad que no sé ni qué decir. Me pondré una rebanada de papa en cada ojo para contrarrestar las ojeras, si no funciona, al menos se siente bastante bien, casi tanto como cuando Mateo me besa los ojos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=9jD0XqnpO58

Este post es como la huella atrapada, fosilizada, de una mano en el cemento: así es.

Bartleby Simpson dijo...

yo tampoco he visto titanic pero me contaron que al final se hunde el barco