miércoles, 15 de octubre de 2008

Nosotros, los camaleones, somos como la pausa entre dos palabras



Dedicaba tiempo a acutalizar el flickr y a tratar de componer algunas fotos de los pasados rollos fallidos, de pronto un flickr te lleva a otro y te vas encontrando con las hisotrias conocidas en las secuencias de fotos, una fiesta y las miradas y los rostros que se comunican sin darse cuenta del lente que les vigila, algunas historias quizá sean reales, otras ficticias, o fantaseadas por mi, voyeur morbo, luego otros flickr y caras conocidas, luego mis propios archivos que necesitan una revisada urgente, y de pronto, otras fotos, otra fiesta y estás tú ahi, y esta ella ahi, siempre estuvieron, y yo estuve ahi, solo que nunca aparezco, lo mejor creo, es no dejar rastro. Si no lo ves, no existe. Otras veces, para no olvidar, y para consuelo, lo mejor es conservar fotografías, de su cara, de su mentón, de su barba, de sus ojos, de su perfil y de todo eso que te gusta ver, luego cerrar los ojos y tratar de evocar olores y sonidos. O simple y ciegamente imaginar "cosas" dificilmente materializables.

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