miércoles, 22 de abril de 2009

...nomás que revolcada

El DJ es básico, el ambigú (hermosos volovanes, exquisitos canapés que rara vez saben como se ven), el vino, o cocktails de colores, los amigos, la familia, las felicitaciones de besito y abrazo, la apariencia chic con un aire europeo o neoyorkino, pero estamos en chihuahua y comemos tapas y pinchos, y somos conocedores de vinos y quesos añejos, por eso, a veces, prefiero irme al mercado del hoyo, donde todo es más real, donde encuentro esencias y motivaciones para mis sentidos, por que Chihuahua crece y por lo tanto es cada vez más aparente, a los artistas locales a menudo, tan pendientes de la logística de su evento y de la curaduría parece que se les olvida algo más básico que todo, la propuesta, la intención, la obra en si. Y una vez más sales de algún recinto público, habiendo saludado a los de siempre, con un vacío y te preguntas porqué siempre caes en la trampa de la invitación cuyo diseño es mucho más interesante que la obra y el artista mismo. La Roberta me dice con cinismo, que Chihuahua es una capital del diseño y la moda, que aqui todas las tipas se hacen su ropa, se tejen una pulserita o le hacen agujeros a sus medias y posan sus diseños hippies chicks, reciclados, manualidades. Casi hay sólo dos sabores de sopa: minimalista o technicolor. Poco a poco a costa de decepciones te vas dando cuenta de quién si y quién no, la línea no es delgada, es muy claro, hay quien trabaja, quien tiene talento, quien se responsabiliza de su obra y no es precisamente la mayoría. Pero esque nos encanta hacernos pendejos. No mamar.

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