martes, 14 de abril de 2009

Ramón

Raysa me conmueve, tiene un modo tan natural de decir las cosas, una honestidad que me encanta, de pronto me presta un libro de su maestro que se llama Amor y sentido, una hermenéutica simbólica, en algún momento se queja de la educación pública que hemos llevado, se queja del poco seguimiento y del constante cambio que nos tocó vivir, me detengo a pensar en el bachillerato y recuerdo a muy pocos maestros que valieran la pena, el resto solo plazas ocupadas por personas incapaces de transmitir, pero que tendrían su jubilación por ser cuñados del primo del vecino del secretario, apenas pasar la hora y huir del salón, mi maestro de Filosofía y de historia regional, el monchis, un tipazo, apasionado de la filosofía y de la historia, sus clases eran un deleite para mí, su auto siempre se estaba deshaciendo de viejo, su ropa siempre estaba en mal estado, pero eso era para él lo de menos, era más importante resolver algún enigma o acertijo, o retarnos con la lógica, o tomarse el tiempo del receso para debatir con alguno de nosotros, porque a todos nos gustaba su clase incluso a los que serían ingenieros o taxistas, tenía esa paciencia de explicarnos, buscaba que fueramos analíticos, fue el primero que me manifestó que las humanidades eran lo mío, fue quien me descubrió la hisotria de mi estado, ¿te acuerdas? Tomochic, Madera, La santa de Cabora, Sacramento, Batopilas, Menonitas, Mormones, Tepehuanes, Pimas, las leyendas, un tipo que no transmitìa frustración sino amor, al menos tuve ese maestro cuando me atormentaba pensar que no sabía qué debía hacer de mi vida, cuando mis compañeros sabían perfectamente que querían ser médicos o arquitectos, me acordaba del monchis escuchando a Raysa y curiosamente me entero ayer por medio de un amigo , que será suprimida la materia de filosofía para el bachillerato...pero esto hay quien lo explica mejor, este texto es un link para H. Yepez.