lunes, 27 de julio de 2009

jules foles

Adiós al Ocho
Por: Iván Rodríguez , Miércoles, 15 de Julio de 2009
La crisis económica y nuevos proyectos por parte de su propietaria han motivado el cierre de uno de los bares más representativos de la capital

Después de casi 12 años de ofrecer servicio al público en general, el Bar 8 cierra sus puertas, con lo que culmina también una etapa en cuanto a las opciones de entretenimiento y atractivo para turistas y habitantes de la capital.

Abierto desde octubre de 1997, justo antes del inicio del Festival Internacional Cervantino (FIC) en Guanajuato, el Bar 8 pasó por diferentes etapas, en las cuales la más recordada sin duda, fue con la innovación de presentación de bandas musicales de todos los géneros.

La Historia

Julie y Unni, amigas extranjeras, la primera estadounidense, la otra noruega, decidieron abrir un bar, pues luego de las fiestas que organizaban en su casa pensaron que sería buena idea ofrecer un concepto diferente en Guanajuato.

Son tantas historias y buenos momentos que hemos pasado tanta gente aquí, que todo se queda en familia, esto es una familia, y no me queda más que agradecerle a todos, el apoyo brindado
Julie Foley, propietaria
"Iniciamos con el concepto de que debería de ser un bar para todo tipo de gente, no importaba el modo de vestir, de ser, si tenían tatuajes o no, simplemente era la visión de que debería de ser un concepto por igual para hombres y mujeres", recuerda Julie Foley, propietaria de este centro nocturno.

Hoy, el ciclo del bar se ha cumplido, "es momento de darle un giro a mi vida, es momento de un cambio, los años no pasan en vano, y ahora es mucho lo que se hace, para lo poco que se gana, la crisis en todo el mundo es severa, y aquí no es la excepción", lamentó.

Indicó que la situación económica actual ha hecho cada vez más insostenible la permanencia del bar, pues los precios de los servicios, permisos y agregados han subido cada vez más, mientras que el consumo en el interior sigue siendo el mismo y las tarifas también.

Julie, como todos la conocen, comentó que desde la semana pasada, propietarios de otros bares, se solidarizaron con ella y le proporcionaron botana, ya que el servicio de la cocina que se brindaba, se ha visto afectado, pues sus empleados, han buscado trabajo en otro lado.

"He recibido muchas muestras de afecto de los compañeros y de la gente en general, ya que este bar, siempre fue visto como la segunda casa para unos y su casa para otros, no hay palabras de agradecimiento, no sé como agradecerles".

Aún así, Julie, asegura que su bar, el 8, ha sido un parte aguas en los centros nocturnos de Guanajuato, ya que antes de su apertura, no existía un lugar en el que se diera la oportunidad a bandas o grupos musicales para presentar sus propuestas.

Ella decidió cambiar eso y desde la apertura del 8, en su espacio podían escucharse a bandas que tocaban desde un reggae, hasta rock alternativo, pasando por música industrial, progresivo, trip hop y lo que algún momento llegara a ser el brit-pop.

El próximo sábado, el Bar 8 cerrará sus puertas, sin embargo, desde el jueves comenzará la fiesta del adiós, aunque será hasta el último día cuando se lleve a cabo una venta de artículos distintivos del bar, y "hasta que nos vomiten", señala la propietaria.

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La noticia de arriba, me dio un poco de tristeza, yo trabajé en el bar ocho y posteriormente en otro proyecto de su propietaria, Julie una gringa poca madre que fue siempre solidaria conmigo, entonces yo era una mocosa perdida en Guanajuato, y con un bebé en gestación, cuando la encontré, había pasado casi tres días sin comer, ella incluso me pagaba unos cursos de yoga para embarazadas, me dejaba salir del trabajo para asistir, y me dejaba comer todo lo que yo quisiera del menú de su pequeño lugar de comida sana y de primerísima calidad en el que cada mañana horneabamos bagels de distintos sabores, con los que construíamos deliciosas combinaciones de sandwiches con una gran variedad de quesos, ahí desarrollé con toda la libertad que ella me daba muchas recetas y descubrí el placer del olfato y de la cocina, ahí, conocí gente interesantísima que pasaba a desayunar o comer, Guanajuato, se sabe, es un gran carnaval con todo y su lado cruel lleno de pobreza e ignorancia, yo pude encontrar personas que se humanizaban, que no solo obtenían beneficio de sus negocios sino que compartían con alguien como yo, a menudo miro hacia atrás y recuerdo aquellos días, no sé cómo ocurrió, que encontré mucha gente que me cuidaba a cambio de nada, la gente del bar ocho, barmans y meseros fueron atentos y solidarios ante mi condición de futura madre, yo era muy jóven entonces y espero de algún modo haber tenido la gratitud al nivel de Julie...son las dos a.m....comprenda mi pésima redacción.

2 comentarios:

Adrián Naranjo dijo...

Yo quiero un bagel!
(boxini) (siempre te salen los mas extraños!)

Abel dijo...

estos posteos articulan mucha gente: aquí llegué con jessica al guanajuato de lluvias inesperadas donde todo mundo se refugia hasta en las iglesias. también recuerdo ese lugar en la plaza del baratillo. estaba y está cabrón para los negocios mantenerse con y sin cervantino.