miércoles, 1 de julio de 2009

me robo tus palabras



dice que:

El meollo del asunto:

El meollo del asunto es el miedo. O quizás, el miedo al miedo. El miedo a aceptar el lugar que nos corresponde, valorar nuestras victorias casi siempre pequeñas y reconocer nuestras derrotas, que se reproducen a lo largo de una vida casi al ritmo del calendario. El miedo nace cuando negamos el orden del mundo, y pretendemos que depende de nuestra voluntad lograr lo que deseamos. Cuando la verdad del miedo, radica en el miedo a ser devorados, perseguidos, sacados de la jugada, olvidados por quién amamos. Si entendemos que los animales no renuncian a su naturaleza, aprenderemos mucho, y no necesariamente a ser predadores . El miedo al fracaso, por ejemplo, es estúpido, pues no se trata de miedo a fallar, sino de un profundo miedo que niega que fracasar es lo que haremos, varias veces en la vida. Por lo tanto, el verdadero miedo, es miedo a lo que somos y a lo que nunca seremos.
La única receta que se me ocurre contra el miedo, es asimilar que la distancia que hay entre ti y dos personas, cada una en un lado, no se medirá por distancia, sino por diferencia. Esa diferencia, eso que el otro es y tú no eres, eso es uno mismo. Luchar por parecerse a uno u otro, es todavía peor fracaso que el fracaso natural de saberse limitado, lejos de talentos ajenos, y de otros fracasos que nos parecen ejemplares. El único analgésico que sirve, es aquel que atempera el dolor por costumbre, no de tajo. El que venden para sanar en segundos, es un grande fracaso.

MLlS

1 comentario:

Adrián Naranjo dijo...

Es un poco intimidante el darse cuenta que las definiciones que mejor nos redondean siempre vienen, por el lado del miedo, ese gran educador.
Saludos Tania, suerte en lo que sea que estés haciendo.
(bingsomb)