viernes, 17 de abril de 2009

Quiero sentir el cuerpo de Cristo


Imágen tomada sin permiso de OPA Calamar

En Chihuahua desde hace ya años, el edificio de un cine se convirtió en una iglesia, allá por el rumbo de la desaparecida Danesa 33, La Iglesia del Cuerpo de Cristo, y la gente que acude me resulta muy extraña, las mujeres usan unos extraños tocados o velos en sus cabezas,
usan faldas largas, demasiado recato y se agrupan como pequeñas hurracas cuchicheando, como portadoras de un secreto divino, altivas, fuera de esta realidad, algo que me parece gracioso es que la dulcería sigue funcionando como tal, y hay mesas de plástico blanco en torno a las que se rúnen todas esas faldas y tocados a comer porquerías que les vende El Cuerpo de Cristo, cuando hacía el servicio social en Culturas Populares solía pasar mucho por ahí, aveces trato de entrar pero no me lo permiten...no sé si en otras ciudades sea una tendencia apropiarse de cines al servicio del Cuerpo de Cristo. En otra ocasión, tenía un amigo recluído en un centro de rehabilitacion de esos horribles, en donde los reclusos viven casi hacinados, para poderlo ver tuve que hacer presencia en un culto de dos horas, entre olores desagradables y predicadores locos, adelante de mi había unas gemelas de lo más feas, de unos veintiseis años, vestidas de amarillo, con faldas largas, su pelo largo muy peinado y suelto pero muy en su lugar, feas como la chingada, en una de esas, tal vez sintieron mi mirada morbosa y voltearon al mismo tiempo a verme y me sonrieron, mecánicas, programadas, sincronizadas, no pude evitar reírme un poco y ellas, humildes ,interpretaron mi risa como sonrisa, se dieron la vuelta para seguir escuchando a ese pastor con delirios de grandeza, que nos gritaba mientras los músicos tocaban, del otro lado estaban los reclusos y yo veía de lejos a mi amigo y trataba de decirle cosas con los ojos, el cantaba con devoción todos aquellos cantos, era una pesadilla, traía yo un recipiente con unos muffins hermosos, de chocolate y fresas, recargados de yerba, pero me preocupaba que mi amigo habiendo pasado tanto tiempo sin drogas se fuera a malviajar en aquel lugar, las gemelitas terror, sonreían compasivas a los reclusos (buscando prospectos) yo las veía y no podía evitar imaginarlas con látigos y dilidos fantaseando con Cristo pero conformándose con cazar a uno de esos cholos, tatuados, alcohólicos, deprimidos, ansiosos, sexuales. En algun momento el par de brujitas y todos los devotos se tiraron al suelo a retorcerse y hablar lenguas, no recomiendo absolutamente estar drogado mientras se presencian estas cosas. Hace poco me enteré de que en el lugar los reclusos se amotinaron, no hubo muertes solo le pusieron una buena chinga a los guardias, que eran rehablitados enajenados trabajando al servicio de Cristo para ayudar a sus semejantes, a base de castigos y oraciones, me indignaba que mi amigo hubiese ido a parar a aquel lugar. El hospital psiquiátrico me parece un spa comparado con los métodos de Cristo. Todo esto a mi me atormenta más que no entender las películas de Lynch.

3 comentarios:

Slavco dijo...

1. Qué tienes contra los tatuados?

2. Eran como las gemelas Simpson o las de The Shining?

3. Con tu post se me ocurrió una idea para que escribas depués: Peores lugares/situaciones para andar high.

Saludos!

Petite dijo...

No tengo nada con los tatuados, ni contra el Cuerpo de cristo. Veo que sigues en Arkansas...garcias por leer.

Anónimo dijo...

Je je de seguro eran los del pececito, así son de hipocritas esos fanaticos y todos los demas que profezan una copia de la religión católica que por cierto tambien son lo mismo, pura hipocrecía, arriba chihuahua desde guanajuato, ah como extraño chiwas