lunes, 3 de noviembre de 2008

Heihachi Mishima







Un día se apareció en la puerta de la oficina, con su carita de no entiendo nada y pues, tratamos de encontrar a sus dueños y nada y de pronto ya había mascota, luego Luis se lo llevó a su casa y ahora está de nuevo acá, cada día limpio sus cacas, con resignación, y en unos minutos ya esta otra vez lleno de sus heces, es un boxer, esta medio idiota, es demasiado buena onda, es juguetón tierno y aveces torpe con los humanos, también es ágil y pleno de energía, Luis lo llamó Heihachi (naco), cada que limpio su porquería, lo hago pensando en que lo merezco, en que al hacerlo me redimo un poco de todo lo que yo voy dejando por ahi, rastros, errores, pues de algún modo asumo la autocomplasencia solo para pasar esos 15 minutos malolientes y mosquientos de cada día, este tipo de acciones te mantienen un poco plantao. Mi dignidad por la suya y le sigo debiendo. Pero además su presencia perjudica la imágen de la institución, y eso me agrada, le quita un poco de mierda corporativa, y los alumnos llegan y lo ven y lo chulean, tiene bastante patio para correr y tiene quien lo saque a pasear, es como llegar a una institución que aveces me parece tan rancia, que maneja una imágen a nivel mundial y encontrarte un perro, cosa que no afecta en la calidad del servicio que otorgamos, yo lo veo así, como recordar de qué estamos hechos, remarcar que los manuales operativos y los procedimentos no responden a lo que somos realmente, los "conceptos" la imágen, sin duda son útiles pero prefiero la esencia, la disonancia y la disfuncionalidad de cada quien.

No hay comentarios: